Con objetivo de mejorar mi inglés de cara a obtener el B1 del "first certificate", estoy frecuentando con bastante asiduidad una página web que contiene un variado repertorio de interesantes artículos científicos sobre ciencias de la tierra.
El último artículo que he leído me ha resultado muy interesante, tanto que me he animado a compartirlo con vosotros en el blog.
Se trata de un estudio realizado durante varios años en Frenchman's Bay en Pickering (Ontario), en el cuál los investigadores Nick Eyles y Mandy Mariano han medido la contaminación causada sobre las aguas superficiales y subterráneas de la zona derivada del uso de la sal en las carreteras y otras infraestructuras para el transporte humano, tales como vías para el tren y aparcamientos, durante el invierno.
Tras 5 años de investigación, en el artículo se concluye que de las 7.600 toneladas de sal usadas en invierno para evitar la formación de hielo en las carreteras, más de la mitad de la mitad es arrastrada por las aguas (superficiales y subterráneas), de tal forma que se filtra hasta los lagos presentes en la cuenca, produciendo la salinización de sus aguas.
Además, no solamente han detectado este foco de contaminación en la citada cuenca, sino que el desarrollo urbano en la misma también ha traído consigo otros efectos indeseables para los ecosistemas acuáticos. Por un lado, destaca la presencia de niveles elevados de coliformes fecales en las aguas del lado, lo cuál nos indica contaminación por aguas residuales. En este aspecto destacan la presencia de intrusiones de aguas residuales por escapes del alcantarillado municipal.
Y, por otro lado, la alta densidad de tráfico trae consigo que la escorrentía superficial arrastre varios tipos de metales pesados desde las carreteras hasta los mencionados ecosistemas acuáticos.
El impacto sobre dichos ecosistemas es un hecho: ausencia de peces en determinadas zonas, cambios significativos en la estructura de las comunidades acuáticas y una clara disminución de la biodiversidad.
Y los humanos que viven por esa zona no se libran, ya que los lagos que están sufriendo la contaminación también son usados para abastecimiento humano.
Estamos hablando de una cuenca en Canada... sin embargo, este caso es perfectamente extrapolable a otras zonas del planeta ya que se trata de una serie de graves impactos indirectos sobre las aguas a causa del desarrollo urbanístico en una determinada zona. Así, me quedo con la siguiente frase del artículo: "Vivimos en un mundo cada vez más urbano, pero hay muy pocos estudios sobre como las aguas y sedimentos contaminados se mueven a través de las cuencas urbanas, que construyen sus paisajes y modifican totalmente la geología de la zona".
La conclusión esta clara... nuestras ciudades no son sostenibles, y he aquí otra investigación seria para apoyar este hecho. Si no cambiamos por las buenas, terminaremos haciéndolo por las malas.
Fuente: http://geology.com/press-release/road-salt-contamination/
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miércoles, 15 de diciembre de 2010
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